Semana 5: el cierre de la campaña.
El inicio fue diferente, ya no estábamos todos/as y terminaba nuestro trabajo en Egipto por este año así que se debía cerrar la tumba. Fue una mezcla de sentimientos, por un lado haber logrado lo que habíamos ido a hacer y por otro, dejar afectos y un sinfín de experiencias allí.
Comenzamos la semana, anotando todo lo que había quedado pendiente, sacando las últimas fotos, volviendo a observar, registrar y fotografiar hasta los mínimos detalles y no dejar nada librado al azar. Hacíamos fotos mentales para que nos quedaran esos últimos segundos en la memoria, en ese tiempo, en ese momento, en ese instante que se acercaba...
Dejamos
dentro de la tumba un data logger, un
pequeño dispositivo que registra las variaciones de temperatura y humedad, de
manera que el año próximo pudiéramos tener esos datos.
Había mucha expectativa. Sacamos de la tumba todo lo que se guardaba en ella al terminar cada jornada de trabajo: bancos, mesas, material de librería y artefactos eléctricos, botiquín de primeros auxilios con guantes y barbijos, mamelucos, guantes de trabajo, etc.; todo lo llevamos para la casa donde realizaríamos un inventario y se decidiríamos que cosas se quedaban, se traían a Bs As o se tiraban.
Una vez que habíamos terminado de sacar el equipamiento de la tumba, había que cerrarla.
La inspectora Amira comenzó llenando las actas correspondientes mientras autoridades e integrantes del Ministerio de Antigüedades comenzaban con el protocolo del cerrado de la puerta. Todo era en absoluto silencio, de respeto, de admiración e intriga ya que para muchas/os era la primera vez que nos encontrábamos frente a una situación así.
Cerraron la puerta de rejas de la TT129, (tumba que tenía el buraco por donde ingresábamos a TT318), luego el candado correspondiente y una vez realizado esto, enroscaron un alambre atando el marco y el candado ¡¡Sí!! ¡Un alambre! ... ese rollo no tan grande de alambre, fue lacrado por la Inspectora Amira con su sello. La puerta quedaba finalmente sellada. Una vez realizado esto, la puerta no se puede volver a abrir sin las autorizaciones pertinentes hasta la próxima campaña. Frente a todo este proceso primero hubo un silencio total pero luego se produjo una explosión de aplausos, exclamaciones y los integrantes del Proyecto que quedábamos nos abrazamos cálidamente entre sonrisas y lagrimas ante la mirada atónita de los trabajadores y las autoridades egipcias.
Fue una semana muy ardua, ya que a estos momentos movilizadores había que sumarle la redacción y entrega del informe final más el cierre de valijas y la devolución de las llaves de la casa.
Durante toda esta primera campaña siempre nos sentimos acompañados, por la inspectora Amira ya que sin ella no se hubiera podido acceder a la tumba, requisito fundamental, por el Rais Omar, que alegre, sonriente y cordial nos esperaba diariamente en el sitio o en la arabeia, y también por Nasher, quien siempre nos recibía con su sonrisa y preparaba rapidísimo su delicioso té.
Los inspectores de el-Qurna, localidad donde se encuentra la tumba, se fueron acercando a saludar, no dejó de pasar ninguno: Mr Ramadan, director de Misiones y Excavaciones de el-Qurna, en la orilla occidental; Mr Ezz, director del área y Mr Saad, el conservador egipcio, quien nos acompañó y asesoró durante toda la campaña. También se acercaron los integrantes de otras misiones que trabajaban cerca. Las palabras eran de felicitaciones por haber terminado la campaña y de buenos deseos para regresar el año próximo.
Esta primera experiencia engloba una serie de logros: la posibilidad concreta de estudiar un monumento inédito, el orgullo de integrar un equipo de profesionales producto de la educación pública argentina, la alegría de haber compartido el trabajo con un gran grupo de personas, la felicidad de preservar el patrimonio de la antigüedad junto con otros equipos internacionales y nacionales.
¡¡¡Fue todo un desafío!!! ¡¡¡Fue un gran aprendizaje!!!
Gracias a todos/as por su apoyo
